En los últimos
quince años, han sido muchas las transformaciones espaciales y sociales
experimentadas por
la ciudad de Oviedo; y también muy acusada la subordinación de su urbanismo a
los intereses de grandes propietarios de suelo y empresas inmobiliarias. En la
presente década, estas transformaciones se intensifican y asume algunos rasgos
novedosos, anunciando la configuración de un nuevo urbanismo en algunas partes
de la ciudad.
En efecto, desde
finales del siglo XIX se configuró en Oviedo, como en tantas otras ciudades, una
estricta separación del espacio en clases sociales, una separación en la que la
topografía se correspondía con el estatus social. Es cierto que el urbanismo
reciente, y el que se avecina en un futuro próximo, potencia esta separación al
concentrar la vivienda de lujo en las zonas mejor situadas y la vivienda
“protegida” en las menos aptas y más segregadas. Pero también lo es que las
empresas inmobiliarias no obtienen sus beneficios solamente del crecimiento de
la ciudad. La expansión de la zona noreste (el inmenso barrio de La Corredoria, que enlaza
sin solución de continuidad con el núcleo de Lugones) ha otorgado una posición
céntrica y bien comunicada a barrios que, a mediados del siglo XX, constituían
el extrarradio popular y segregado de la ciudad.
La ampliación de Oviedo a lo largo del Distrito
Rural 1 de Oviedo, sigue sin contar para el PGOU de Oviedo, es decir, el Plan
General de Ordenación Urbana que no cuenta con la
Zona Rural de Oviedo.
Un
claro ejemplo, es el Suelo urbanizable de la “Urbanización
de El Trigal” en las inmediaciones de la parroquia ovetense de Santa Marina de
Piedramuelle; no
es ciudad todavía, pero forma parte del futuro desarrollo de la misma como suelo
a urbanizar. “El Trigal”, un lugar idóneo, para el futuro de nuestra ciudad y
de su expansión.
De esta forma todos los
propietarios de suelo de dicha zona, saldrán beneficiados del mismo modo que su
expansión, con independencia de que a uno le toque en su parcela un parque
público y a otro una torre de apartamentos e incluso que su parcela pase a ser
urbanizable.
A través del desarrollo de este
suelo, el Ayuntamiento de Oviedo, lograría conseguir fuertes sumas de suelo y
dinero: equipamientos públicos, cesión del aprovechamiento urbanístico,
licencias, población, comercio, empleo… Un sin fin de cosas que hacen de
Oviedo, una ciudad más amplia y con muchas más ventajas y facilidades.