Según datos oficiales del
Instituto Nacional de Estadística, en los últimos cuatro años han desaparecido
en torno a 350 empresas de más de 20 trabajadores,
dándose el caso de que son las que tienen ese volumen de plantilla las que más
han sufrido los embates de la crisis. Los números del Directorio Central de
Empresas ponen de relieve que el porcentaje de quiebra en compañías de menos de
20 trabajadores ha sido del 10% de las existentes, mientras que aquellas que
tienen una plantilla superior han cerrado en un porcentaje superior al 21%.
En este apartado no hay
diferencias entre los sectores afectados por la crisis: la recesión ha empujado
a bajar la persiana a empresas de todos los ámbitos, desde la construcción
hasta la alimentación y el comercio, sin olvidar los medios de comunicación.
La quiebra tras los
fondos mineros, los cadáveres del ‘ladrillo’, negros
nubarrones en el horizonte, el fin de muchas industrias, pasando por el minero, armamentístico, industrial, naval,
pesquero, agroganadero, moto... Cuyas consecuencias:
Mucho más paro, para nuestra región.
Los datos oficiales sobre cierre
de empresas en Asturias ofrecen un panorama muy desalentador y los indicios no
apuntan precisamente a una mejoría a corto plazo. Más bien lo contrario.
En el horizonte aparecen
nubarrones sobre el futuro de la industria asturiana, con varios miles de
empleados. Debido a los traslados de negocios a otro continente y con ello su
cierre en las sedes asturianas, supone la puntilla para la industria asturiana.
Y saber si muchas empresas desean mantener su producción en esta nuestra comunidad
autónoma.
El
registro de empresas en Asturias en el año 2008 incluía 35.590 y, cinco años
después, ese mismo registro alberga 4.000 menos.
Una sangría continua que preocupa
enormemente a las autoridades autonómicas, que se sienten impotentes para frenarla.
Lo peor de todo es que muy pocos ven la luz al final del túnel.
Salvemos Asturias, salvemos
España.